Las crisis… Y cómo hacer para
superarlas?
Autora: Silvia Valori
Primera parte.
La palabra crisis significa
dificultad, problema, obstáculo, aunque también
indica cambio, transformación,
variación, oportunidad, estas expresiones son
antónimos o contrarias de otras como facilidad, comodidad o conservación. Para salir de una crisis es necesario
transformarla en un problema, porque de esa manera le buscaremos “la solución”.
Cuando una “crisis” se presenta en la vida de una persona su ánimo subirá y
bajará, de acuerdo a los acontecimientos que le sucedan.
Los problemas o conflictos tienen
soluciones, buenas, malas o regulares, más beneficiosas para algunos/as, un poco
perjudicial para otros/as, pero tienen,
pues si no tendrían solución no serían problemas.
Se comienza a resolver una
crisis cuando se la percibe como un problema y cuando la persona pasa a
preguntarse a sí misma: ¿Qué hago? ¿Hago algo o espero que el tiempo pase y que
con el transcurso de los días llegue a una solución sin mi intervención?
¿Quiero ser parte del proceso? ¿Deseo salir de esta situación que me produce
angustia e inseguridad, miedo e indefensión?
Si optamos por intervenir en el
proceso de solución, se ingresa en la etapa de la acción y ahí es donde está la
clave para comenzar a resolver una crisis.
Cuando alguien se decide a “tomar el
toro por las astas” y enfrentar las consecuencias que se presentarán al hacer,
al dejar de hacer, pensando y sopesando qué es lo más acertado y qué lo más
conveniente, a qué punto los conducirá su accionar y si sus emociones se
encuentran en un nivel de aceptación de las consecuencias que derivarán de tal
iniciativa, se empieza a emerger de lo que denominamos “crisis”.
De las crisis (o situaciones
problemáticas) podemos comenzar a salir de tres maneras diferentes:
-
Con
mentalidad negativa, como si fuera un desastre al que la vida inescrupulosa y
cruel nos enfrenta, viendo y pensando al Universo (cualquiera sea la idea que
se tenga de él) como Alguien vengativo y cruel, dos palabras nada propicias
para un Dios Amor Fuente de Suprema Sabiduría...
-
Con
mentalidad neutra, pensando en que “si esto es así, por algo será...” “Es el
destino... Las personas proponen y Dios dispone...” “La vida tiene etapas de
sufrimiento y problemas...”
-
Con
mentalidad positiva, sabiendo que cada cosa que hagamos tendrá su resultado,
que a cada sentimiento lo acompaña un
pensamiento y a cada pensamiento una palabra o acción.
De la mentalidad negativa puedo
contarles muchísimas cosas, me tendría que
trasladar a mi pasado y trato siempre, en la medida de mis
posibilidades, de no hacerlo. Pero como para que se den una idea de lo que
puede hacer con la vida de una persona una mentalidad negativa, les contaré que
hoy creo firmemente que esta situación – el accidente automovilístico por el
que uso una silla de ruedas– me la atraje yo misma, por supuesto, de más está
aclararlo, sin quererlo en forma consciente, y fue por dos causas: por mi
mentalidad negativa y por la falta de amor a mí misma o escasa autoestima.
Intuía que, para cambiar la forma
equivocada de enfrentarme con los problemas debía cambiar mi percepción de los
acontecimientos, no verlos como una amenaza, sino como una aventura, como un aprendizaje,
como una forma de evolucionar... Tal como varios/as aconsejan: “tenía que
cambiar de paradigma”. Y ya lo ha dicho Einstein, hace mucho tiempo atrás: “un
problema no puede ser resuelto en el mismo nivel de pensamiento en el que ha
surgido, para resolver un problema de difícil solución es preciso cambiar el
paradigma”...
Hoy puedo observar y darme cuenta que,
hasta hace un tiempo atrás, no me estimaba ni me amaba lo suficiente y, si bien
quise y he respetado siempre a todos/as, lo hacía más porque era “lo correcto”.
¿Cómo logré superar este inconveniente para mi progreso personal, que tantos
infortunios me deparaba? Leyendo varios libros de crecimiento personal y,
especialmente, haciendo un curso de “autoconocimiento”... Cuando terminé el
curso – tengo uno de mi autoría y además, lo pueden encontrar en libros, en
internet, hay profesionales e instituciones que lo ofrecen, algunas
gratuitamente – me di cuenta que, además de no haberme querido ni valorado lo
suficiente en determinadas etapas de mi vida, tenía pensamientos negativos
inconscientes acerca de mí persona que me atraían situaciones, gente y
acontecimientos desagradables.
Entonces me dije un día: “hasta acá
hemos llegado” y me dispuse a vivir y a comportarme de manera diferente... y
les puedo asegurar que desde ahí fueron varias series de acontecimientos
beneficiosos que me indicaron que estaba en el buen camino...
En el año 1992 había llegado a mis
manos un ejemplar de un libro que trataba sobre el enorme poder que tenemos en
nuestra mente, como me gusta mucho leer, lo devoré, literalmente hablando...
Pero puse en práctica muy poco de lo que allí decía ya que no creí
absolutamente nada y me pareció una “pavada” que alguien había escrito sin
asegurarse demasiado de lo que decía.
Dos años después hablé con una persona
que leía continuamente este tipo de libros y a quien le iba muy bien, en lo
económico y en sus relaciones personales, tenía una hermosa casa, campos,
varios automóviles, viajaba al exterior algunas veces en el año, vivía con su esposa
e hijos/as; me confió que él leía esos libros – más exactamente los de Joseph
Murphy – y que ponía en práctica lo que allí decían y me aseguró que otra
persona que él conocía bien y a quién le iba espléndidamente – y que yo también
conocía – era un asiduo lector de esta clase de ejemplares. Me recomendó
que pusiera en práctica el poder de mi
mente y que pensara en forma positiva permanentemente porque era verdad, hasta me dijo que lograría
volver a caminar si perseveraba en ese punto y me visualizaba caminando.
Por supuesto no lo puse en práctica
ese año, aunque modifiqué un poco mi mentalidad, tornándola neutra, ya no era
tan negativa, o sea a veces lo era y a veces no...
Es que nos han acostumbrado tanto a
pensar en forma negativa y no hacerlo, al principio no es tan fácil, sobretodo
porque nos tenemos que manejar con ilusiones, diciéndonos que estamos llenos de
alegría cuando en realidad estamos tristes, que tenemos una excelente salud,
cuando en realidad nos sentimos enfermos/as y doloridos/as, que nos sobra el
dinero cuando en realidad estamos sin un céntimo... Modificar la forma de
pensar es una tarea que exige al principio perseverancia y esfuerzo, dos
cualidades que no todos/as desarrollamos y empleamos frecuentemente.
Además tenemos dos importantes
factores en contra: Uno es la duda
Y el otro es el entorno
Estimo que a la duda la podemos manejar,
puesto que es un sentimiento y está dentro de nosotros/as, por lo tanto, al no
aceptarlo ya estamos venciéndolo y de esa manera estamos controlándolo o
restándole efecto. Pero lo que no es tan fácil de vencer es lo que nos dicen y
lo que vemos que sucede a nuestro alrededor, o sea nuestro entorno.
Porque ¿cómo puede tener una
mentalidad positiva una persona que vive escuchando las cosas terribles que le
pasan a mucha gente, la crisis en la que se encuentra el país y la economía,
que el mundo está siendo sacudido continuamente por guerras y agredido por
desastres ecológicos, químicos, climáticos, etc?
¿Cómo puede tener una mentalidad
positiva alguien que no tiene ni agua para beber ni comida, ni techo, ni
ropas…? ¿Cómo enseñarle abundancia a alguien que nada posee, que nunca la vio,
ni mucho menos, vivió en abundancia?
Es difícil, pero no es imposible... Ya
les dije: todo comienza cuando nos ponemos en disposición de querernos a
nosotros/as mismos/as, recién ahí empieza el auto-diálogo positivo, tan
diferente del auto-diálogo negativo con el que hemos crecido todos y todas, con
la crítica permanente y el “no” eterno. Un niño o niña (cualquiera de
nosotros/as) escuchamos la palabra “no” unas cien mil veces, durante los siete
u ocho primeros años de vida, que son los más importantes en cuanto a recuerdos
y fijación de ideas... Y como nuestro
subconsciente es un servidor rápido, ágil, cuando pensamos en “lo que no
queremos”, por ejemplo: “no quiero salir de viaje en verano”, él ya ha
registrado lo más importante de la
frase, “salir de viaje en verano”, y eso es lo que ocurrirá... Si usted “no
quiere pensar en una manzana”, justamente estará pensando en ella porque para
no pensar, primero hay que pensar y eso es lo que hace... Porque nuestro
subconsciente va directo al asunto, y el asunto, en una frase negativa, no es
la palabra “no”.
El “no” queda registrado de
tal manera en la mente que ni siquiera lo reconoce, por eso cuando pensamos “no
quiero”, eso es lo que obtenemos. Por ejemplo “no quiero estar gordo”, la
persona que dice esa frase es gorda o lo será, sin lugar a dudas... No quiero
que me falte el trabajo... al poco tiempo se queda sin trabajo... No quiero que
me rematen el auto... le rematan el auto... No quiero ser como mi madre... así
se terminará transformando en alguien idéntico en todo sentido a su madre... y
todos/as serán conscientes de ello, menos usted...
Es preciso darnos cuenta y observar
nuestros pensamientos para centrarnos en
lo que queremos, no en lo que no, en vez de decir “no quiero estar gordo/a”,
vamos a decir: “quiero estar delgado/a”; en lugar de: “no quiero que me falte
el trabajo” diga: “siempre encontraré trabajos bien remunerados”, en lugar de:
“no quiero que me falte el dinero”, diga: “tengo siempre dinero y en
abundancia”, aunque al principio sea ilusorio, después de algún tiempo ya no lo
será y cuando más concentre su energía considerando cuánto tiene y agradeciendo
por ello, más atraerá. Todo lo contrario a lo que ocurrirá si se centra en que
no tiene, pues cada vez poseerá menos... Estas cosas se dan de esta manera, tras
pensar o afirmar así, porque Dios nos ha dotado a todos/as por igual con los
beneficios (si la sabemos usar para bien) de la ley de la atracción y el “libre
albedrío”, esto quiere decir que aquello en lo que nos centramos es lo que
obtenemos, el Universo no hace distinción ni se pone a discutir si es bueno o
malo, lo otorga, a esta distinción la tiene que hacer usted y comenzar a
centrarse en lo bueno y en lo que realmente desea para atraerlo... Recuerde
siempre que “lo semejante atrae lo semejante” y si no, preste atención cuando
la gente afirma que “el dinero atrae al dinero”, y esto es así realmente, pero
no sucede solamente con el dinero, sino con todas las cosas, y en todos los
órdenes de la vida.
Resumiendo, la clave está en adoptar
una actitud positiva en todo momento, esto es lo realmente importante, aunque
al principio sea ilusorio, usted deberá pensar que tiene mucha salud, mucha
calma, mucho amor, mucho dinero y así sucesivamente hasta lograr atraer todo
esto, realmente. Tendrá que pensar y afirmar permanentemente que esto es así,
todas las horas de su día, no cuatro horas estar en positivo y las veinte
restantes en negativo, la programación psíquica positiva debe ser mantenida
todas las horas en las que nos hallamos conscientes, en estado de vigilia.
(Continúa en la segunda parte)
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