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miércoles, 28 de enero de 2009

Prejuicios, mitos y estereotipos acerca de las mujeres con "discapacidad"

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Prejuicios, mitos y estereotipos acerca de las mujeres con “discapacidad”


Los prejuicios pueden definirse como actitudes hostiles y/ o negativas hacia un grupo distinguible basadas en las generalizaciones derivadas de información imperfecta o incompleta.

Todas las formas de prejuicio tienen su raíz en la negativa a identificarse con la realidad de una persona; de esta manera se la deja aparte de la comunidad humana; (se coloca a un lado aquello que no se quiere ni para sí, ni para los-las demás)

Además, en general se tiende a pasar por alto la información que va en contra de los propios prejuicios.

Se puede decir que los prejuicios tienen tres partes: la afectiva, la cognitiva y la del comportamiento.

-Afectiva: prejuicio: “No me gusta esta persona, no me gusta esta situación”. Ante las personas que hay prejuicios se generan emociones negativas, y este puede ser el motivo por el cual, en algunas ocasiones, se producen situaciones negativas. Por ejemplo: si creemos que una persona “trae buena o mala suerte” es probable que ocurra una circunstancia o que atravesemos una situación considerada como “de buena o de mala suerte”, cuando esta persona está presente, pero no es la aparición o presencia de ella la que la determinará, sino la actitud mental y el prejuicio que tenemos incorporado al respecto.

-Parte cognitiva: Son las creencias y/ o los valores y las expectativas que asumimos con el grupo por el que tenemos el prejuicio.

-Parte del comportamiento: tendencia a actuar, a tener un comportamiento hacia el grupo o hacia las personas acerca de quiénes se tienen prejuicios.

Esta es una breve explicación acerca de los convencionalismos –o prejuicios-- por los cuales la sociedad --y las mismas mujeres con discapacidad--, al pensar o al definir a una mujer que tiene una discapacidad, supone o presupone ideas o representaciones inexactas, tales como que por su condición no puede gustar, desear o ser deseada, amar o ser amada, o que no puede ser una buena mamá, y /o una buena esposa y/ o una buena empleada y /o una buena amiga y/ o deportista y/ o jefa, confiable, sensata, responsable, etc, etc.

De tal manera que las mujeres con discapacidad son las primeras que realizan anticipaciones estereotipadas –o prejuiciosas—en sus relaciones con personas sin discapacidad, lo que les disminuye y les limita su desarrollo “normal” como personas adultas, ya que ellas mismas son portadoras de absurdos prejuicios que, aunque injustificados saben que están firmemente arraigados en las cabezas de las personas que las rodean y que, por tanto, condicionan --pudiendo incluso llegar a determinar-- la percepción que hacen de ellas (I)

Las mujeres con discapacidad de nuestro país, son vistas (y se perciben, también) como “medio-mujeres” o como “no-mujeres”, determinando de esta manera su invisibilización ya que no es común ni corriente verlas ni en las calles ni en los centros comerciales, ni en los lugares de diversión, deportes y/ o cultura ni en las zonas donde, habitualmente, las demás personas intervienen en la vida social.

Así, forman parte de un grupo social invisible, acallados sus reclamos entre los de las mujeres sin discapacidad y los de los varones con discapacidad. Y limitada su presencia a aquellos lugares donde sí hay otras personas con discapacidad, a los que son llamadas o en los que son aceptadas por su condición de “mujeres”, “hembras”, o sea, “sujetas deseantes o deseadas”, y no por otra característica.

La invisibilidad es violenta y no es democrática, y no es democrática porque casi siempre recae sobre los sectores más postergados como lo son las mujeres, las-os ancianas-os y los-as niños-as.

Se puede afirmar que hay una discriminación en la invisibilización que siempre recae sobre aquellos sectores que son invisibles, que, en el imaginario social no existen porque no se los ve y ni siquiera se llega a pensar en ellos como destinatarios de planes, programas y políticas sociales.

Estereotipos acerca de las mujeres con “discapacidad”:

Los estereotipos son modelos que generalmente están cargados de características negativas y que implican los conocimientos y las creencias que se tienen respecto a alguna cosa y/ o persona. Es una creencia pero funciona como un esquema, con un marco conceptual que nos ayuda en nuestra relación con los demás.

Se puede afirmar que los estereotipos son una forma de categorizar al mundo. No son fijos, no son inmutables, sino que son una expresión directa del cambio en el sistema de valores de una sociedad. Se piensa mediante estereotipos.

Los estereotipos existen en todos los lugares y en todas las culturas y conocerlos, puede traernos situaciones ventajosas, para actuar en determinados sitios.

“Los estereotipos son fórmulas receta que nos permiten catalogar sin esforzarnos a una persona o situación “...Cuando los estereotipos son aplicados a las personas convierten a todas las personas con algún atributo determinado en clones unas de otras; existe una tendencia a la igualación o equiparación. Los sujetos parecidos son en cierto sentido intercambiables. Así, las estimaciones: musulmán-terrorista; empresario-millonario, inmigrante sin papeles-delincuente, mujer con discapacidad-mediomujer son fórmulas sociales que generan categorías sociales basadas en un solo atributo. Para ello es imprescindible que el estigma, el atributo, homogenice a todos los afectados, impidiendo cualquier matiz que obligaría al abandono del estereotipo, por ejemplo: musulmán y pacifista, inmigrante y empresario. Ésta es una estructura de pensamiento que atrapa incluso a las propias mujeres con discapacidad que también son portadoras de los estereotipos más comunes sobre la discapacidad física.” (I)

Mitos acerca de las mujeres con discapacidad:


“Los mitos son construcciones o narraciones transmitidos a través de los años, que prescriben pautas de conductas que sirven para pensar la realidad y actuar aceptadas por la mayoría de una comunidad. El mito, que es una creación cultural, se presenta como un configurador de valores e impone un modelo dado. Se va conformando, de este modo, un sistema de creencias que se expresa en pensamientos y conductas.

Se podría decir, en una primera aproximación, que la existencia de mitos en la sociedad actual tiene mucho que ver con la imagen que cada uno-a posee de sí mismo-a y de los-as demás. Una de las claves de nuestra cultura es, precisamente, la idea de imagen, de mensaje, de manipulación de las personas por medio de un conocimiento de sus motivaciones más profundas.

Por ejemplo, y en cuanto a los mitos sobre la violencia familiar es muy común escuchar: “A las mujeres objeto de violencia les debe gustar, de lo contrario no se quedarían entrampadas en esa situación”. Se dice que si ellas quisieran detener el abuso buscarían ayuda externa o abandonarían y acusarían a sus agresores. Sin embargo, las mujeres víctimas de violencia no presentan, en general, características masoquistas.” (II)

¿Cómo se elaboran los Mitos y los Estereotipos?

Un poco de leyenda, un agregado de superstición, un poco de conveniencia y otro tanto de falsedad, una buena parte de injusticia, miedo y desconfianza dan como resultado los mitos y los estereotipos que han acompañado desde siempre a las personas que tienen alguna diversidad física, motora o sensorial, y que a continuación se describen:

n Son anormales, raras, defectuosas.

¿Y qué es la “normalidad”? ¿Lo relativo a la “norma”? ¿Quién establece la “norma” o el “modelo” o la “regla”? ¿En base a qué pautas y medidas?

Es interesante reflexionar al respecto que la diversidad es la condición humana como “norma” o, dicho de otra manera que “ser diferente” es –ó tendría que ser— “lo normal”.

n Están enfermas – “pobrecitas”—y merecen compasión.

Este mito proviene del “modelo médico” en donde se coloca el énfasis en la enfermedad y en aquello “que no se tiene” o en lo que “se padece”, concibiendo a la “discapacidad” como una característica objeto de curación y/ o de reparación y en la que se somete a las personas a situaciones de subordinación y subvaloración.

Otros:

n La “discapacidad” es contagiosa.

n Las personas con “discapacidad” son peligrosas, violentas, molestas y amargadas.

n Son estúpidas o tienen poca inteligencia.

n No pueden tomar decisiones por sí mismas.

n Los /as hijos /as de las personas con discapacidad nacen “con “discapacidad”.

n Las mujeres con “discapacidad” no son deseables, no pueden ser buenas esposas ni madres.

n Necesitan ser protegidas del resto de la sociedad.

n Constituyen un riesgo para la seguridad del ambiente de trabajo.

n No entienden ni celebran las bromas, no se ríen ni se divierten.

n No son demasiado confiables para trabajar.

n Tanto las personas con “discapacidad” como sus familias son resentidas.

n No disfrutan de la vida.

n Son una carga para sus familias.

n Vivir les resulta sumamente difícil.

n Necesitan de la caridad y de la limosna.

n Dependen completamente de la asistencia de otra /s persona /s.

n Son caras.

n El hecho de contratar a personas con “discapacidad” aumenta las tasas de seguro de compensaciones laborales.

n No necesitan educación superior – es una pérdida de tiempo--.

n Deben ser educadas en lugares especiales.

n No deben estar juntos ni ser educadas con niños y niñas sin “discapacidad”.

n No tienen relaciones sexuales.

n Son asexuadas.

n No les interesan las relaciones íntimas.

n Son sexualmente agresivas.

n Las mujeres con “discapacidad” son mujeres sin sexo.

n Las mujeres con “discapacidad” son sexualmente pasivas.

n Las personas con “discapacidad” tienen que estar hospitalizadas o en instituciones.

n No pueden tener cargos políticos ni públicos.

n No son capaces de hacer nada. Ó son inútiles.

n Las personas “rengas” o “paralíticas” traen mala suerte.

n Las personas que tienen “jorobas” traen buena suerte. O “hay que tocarle la joroba, para tener buena suerte”.

n Las personas “enanas” son o han sido malditas.

n Las personas con “discapacidad” mental pueden llegar a matar a otros.

n Las personas ciegas son rencorosas, porque como no ven, se alteran y se vuelven malas.

n Las personas sordas son desconfiadas.

n Las personas paralíticas son resentidas, porque como no caminan se alteran por lo que no pueden hacer y se vuelven resentidas hacia las demás.

n Ídem para todas las otras “discapacidades”.

n Si estás en pareja o casada-o, es posible que sea porque tienes mucho dinero y/ o prestigio.

n Si estás en silla de ruedas es porque no eres inteligente. (opinión de un 42% de gente de nuestro país) (el 47% siente miedo y un 23% siente ira o resentimiento hacia las personas con discapacidad).

n No hay forma de que un /a corredor /a en silla de ruedas compita con alguien que no lo está y salga ganando. (Un /a buen /a maratonista demora 2 horas en terminar un circuito. Un /a buen /a corredor /a en silla de ruedas, tarda menos de una hora y media en el mismo circuito)

Bibliografía citada:

(I) El espejo social de la mujer con gran discapacidad. Juan José García de la Cruz y Juan Zarco. Editorial Fundamentos, Madrid, 2004.

(II) Manual de Capacitación del Consejo Nacional de la Mujer, “Serie la violencia contra las mujeres en el ámbito de las relaciones familiares”. Buenos Aires, diciembre de 2002, edición financiada por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA)

Este Ensayo ha sido elaborado para que reflexionen acerca de los Prejuicios, Mitos y Estereotipos que existen hoy en día en la Argentina y en Latinoamérica, así como también en otros países y lugares del mundo, especialmente en los menos desarrollados, en los que menos educación existe.

Atentamente:

Silvia Mirta Valori

Escritora – Conferencista –

Asesora para la Inclusión de las personas con “discapacidad”.

Buenos Aires. Argentina

Email:

silviamirtava@yahoo.es

Teléfonos: 011 4458 1008

011 15 68056742

Página Web: www.silviamirtavalori.com.ar

“Sólo conociendo y reconociendo nuestros derechos y nuestras verdaderas “limitaciones” estaremos en condiciones de poder cambiarlas”

“¡Todo Sobre Nosotras, Con Nosotras!” (Personas con y sin discapacidad).


Trabajemos juntas para cambiar a esta sociedad que todavía hoy permanece indiferente.



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